miércoles, 23 de enero de 2013

AIRE PURO DE PIORNEDO

Carmiña respiraba el aire puro de su montaña natal apoyada en una valla de madera vieja. Después de los sufrimientos, pesares y discusiones que había tenido que padecer, nunca creyó poder conseguir su ansiada libertad. Veía un claro atardecer de primavera y sus ojos posados en el distante horizonte bailaban de una montaña a otra con alegría y felicidad. La tierra de un@, siempre es su tierra, por mucho que le quieran arrancar de ella. Para Carmiña eso suponía perder su corazón, y su corazón estaba en Piornedo, el lugar con el que tanto soñó. No sabía con qué destino había nacido, pero sí era muy consciente del que se había labrado ella sola. Y por su destino, el elegido por propia voluntad, sería por el que soñase. En soledad respiraba, en soledad pensaba, pero la naturaleza estaba ahí, y así no se sentiría sola jamás.

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