lunes, 30 de diciembre de 2013

LA HISTORIA DE FRANCISCO Y TORNADO


                A Francisco y a su perro Tornado
        
        Nunca había pensado verse en la situación que se encontraba. Sentado en una silla junto a la ventana de su cocina, con su perro Tornado asomando la cabeza por ella y dándole con su cola cariñosos golpezitos en sus piernas. ¡Cuánto le debía a Tornado!

         Su vida había consistido en luchar y trabajar en pro de un futuro mejor para que su esposa y sus cinco hijos tuviesen un futuro mejor. Su niñez y su juventud estaban surtidas de un amplio sinfín de adversidades y penurias que le habían enseñado que sin esfuerzo no se podían conseguir las cosas. Y por eso su lema de vida, algo que se repetía continuamente a sí mismo, era "lucha, esfuérzate, mira alrededor las oportunidades que se abren ante tí, no tengas miedo a trabajar duramente con conseguir lo que ansías y, siempre trabaja con ilusión y alegría".

      Esta forma de plantearse la vida le había hecho pasar de trabajar llevando las maletas de los viajeros de la estación del tren por la voluntad (que a veces ni le daban), a trabajar de jornalero en las duras labores del campo, que combinaba los domingos ejerciendo de aprendiz de limpiabotas en la calle Real. Cuando podía se acercaba a la fábrica de las gaseosas en donde le daban una pequeña remuneración salarial por lavar las botellas de cristal: en el verano el trabajo se hacía bien, pero en el crudo invierno el agua estaba gélida y las manos se le congelaban, llagaban y se le llenaban de sabañones. Descargó muchos sacos de piedra de los camiones que la traían para la construcción de casas y carreteras, pero le pagaban muy poco y el jefe, un pillo de la vida, siempre le quedaba a deber dinero, a pesar de ver sus espaldas sangrando por las heridas que le hacían los pedruscos al rozarse contra su piel.

      Después de estos y otros trabajos sentía que debía buscar una estabilidad económica que le permitiera sacar adelante a una familia. Ya había conocido a la que sería su mujer, fuerte y trabajadora: lavaba en el río la ropa de los ricos de la ciudad y luego se la llevaba perfectamente planchada a su casa. Sacaba pocas monedas, ya que nadie sabía lo duro que era para su espalda aquel trabajo. Pero Francisco era un hombre dispuesto y, con lo poco que había ahorrado, se dirigió al ayuntamiento de la localidad el día en el que se subastaban los puestos de venta de la plaza de abastos y, aunque no tenía muchas esperanzas porque eran muchos los aspirantes, logró uno, bien situado y que tenía un bajo en el que él, con sus propias manos, podría hacer un almacén.

      Cuando llegó a casa estaba contento, se lo dijo a su novia y le explicó que "nadie mejor que tú para atender el negocio. Pondremos una frutería". Ella aceptó. Mientras él hacía las reformas hicieron hueco para casarse y ella combinaba su trabajo de lavandera con los primeros inicios como vendedora en su negocio (trabajó en ambos campos todo el tiempo que su espalda se lo permitió, a pesar de que su esposo se preocupaba por su salud).

      Todo iba bien, el negocio era rentable. Siempre tenían frutas y verduras frescas, aunque en los demás puestos no las hubiera. Francisco, siempre se afanaba en tener un almacén más grande, por lo que el puesto tenía estanterías, diversas alturas y siempre estaba lleno. La clientela les era fiel porque el producto que vendían era de primera calidad.

      Pero un día al salir del almacén, con cajas vacías, Francisco se dio un fortísimo golpe en la cabeza y a consecuencia de él perdió la vista. En un principio este hecho lo sumió en una depresión de la que su familia creyó que nunca podría salir. Pero comenzó a moverse por casa y a vestirse sin necesidad de ayuda, y un día apareció en la plaza de abastos sólo. Su esposa no daba crédito, y cuando le vio quitar el cristal trasero a la báscula de balancín y probar a ver si sabía el peso de lo que colocaba en la bandeja, se emocionó y no pudo más que abrazarlo. Ambos lloraron largamente.

      Pero la sorpresa les llegaría cuando después de llegar a casa, mientras comían, uno de sus hijos llegó con un perro guía. El can, que se llamaba Tornado, entró en la cocina como si ya hubiese estado allí más veces y después de dar vueltas a la mesa se acercó a Francisco moviendo la cola, él lo acarició con cariño, y el animal posó su cabeza sobre sus piernas. El perro había conocido entre todos los comensales a quién sería su dueño, al que debería guiar toda su vida. Cuantos momentos pasaron los dos junto a la ventana de la cocina. Según los ladridos de Tornado Francisco sabía si venían su mujer o algunos de sus hijos. Se convirtió en alguien más de la familia y mientras Francisco dormía una pequeña siesta de sobremesa, Tornado se ponía suavemente sobre sus pies y permanecía tranquilo.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Este jueves.....CUENTO DE NAVIDAD


                 A mi abuelo, 1973

    La niña escuchaba atentamente la voz masculina. Sentada en el suelo, con las piernas cruzadas sobre los pies, miraba al hombre que relataba el Cuento de Navidad. Su voz era muy baja, ya que le costaba hablar, y las frases se entrecortaban por su falta de aliento. Ella le miraba con atención, porque lo que su abuelo le contaba ya se lo sabía de memoria. Era el mismo cuento de todos los años. Veía sus ojos grises que la acariciaban desde lo alto, la sonrisa que el mayor le regalaba, y la exquisitez con la que le indicaba cada detalle del viaje que realizó cuando emigró a Cuba en busca de un futuro mejor.
   
    Era tan joven cuando se tuvo que marchar de su tierra, dejando a su familia, para comenzar una vida muy diferente; sin experiencia, sufrió muchas adversidades y enfermó gravemente. Cuando se recuperó lo suficiente para poder viajar, regresó a su casa, en la que permaneció convaleciente muchos meses, aunque nunca se recuperó totalmente de las secuelas que le quedaron.
 
    Su abuelo tenía un carácter muy fuerte. Y sabía afrontar los problemas de su longeva vida de frente, nunca les daba la espalda y así enseñaba a quienes le querían oír. Decía siempre que "mi cuento de Navidad, fue feliz. Me casé con tu abuela, tuve hijos y he visto crecer a mis nietos. ¡Nada me puede dar más felicidad!".


jueves, 19 de diciembre de 2013

GRACIAS ALFREDO POR UN GRAN ARBOL NAVIDEÑO


         UN TRONCO QUE MANTIENE SUS RAMAS UNIDAS



Este jueves ...un regalo

                           

                           REGALO POR PARTIDA TRIPLE
             

                 Desde niña tenía muy acusado su instinto maternal. Recordaba sus días familiares en los que jugaba a las muñecas, en los que siempre quería ser la "mamá". Por eso, cuando supo que su cuerpo no podía reproducir una nueva vida en su interior se sumió en una gran depresión: se negaba a comer y no quería que su máximo sueño quedase sin cumplir. Visitó muchos médicos y el diagnóstico era siempre el mismo. ¡No podía estar pasándole a ella!.

                Necesitó la asistencia de un psicólogo, porque no era capaz de afrontar, ni de comprender la situación que vivía. Después de varias sesiones el terapeuta le indicó que había tres niños huérfanos, de la misma familia, que habían llegado a una de las casas acogidas en las que él trabajaba.

               -Son muy pequeños y necesitan un hogar, tal vez usted y su marido estén dispuestos a dárselo

              Ella llamó a su esposo por teléfono que acudió veloz a su llamada. Ambos, junto con el psicólogo fueron al hogar en el que se encontraban los pequeños. Tan pronto los vio el matrimonio se encariñó con ellos, y los niños parecían encontrarse a gusto con la pareja.

              Acordaron cubrir los papeles necesarios para poder adoptarlos. Ella volvía a ser feliz y a sonreír.
Al salir de aquella casa de acogida le dijo a su esposo:

              -Gracias cariño. Hoy he recibido el regalo más hermoso de mi vida, y por partida triple.



Más regalos en el blog de Judith http://darklight-judith.blogspot.com.es/2013/12/este-jueves-un-regalo.html

             

martes, 17 de diciembre de 2013

HE RECIBIDO UNA EMOCIONANTE TARJETA NAVIDEÑA DE MI FAMILIA JUEVERA


     La impresionante artista Neogéminis se ha encargado de realizar la tarjeta navideña con la que l@s jueveros desearemos felicidad y buenos deseos en nuestros blogs. Me ha emocionado el buen trabajo realizado por la artista, quien a mí a tenido que ponerme piernas, por cierto mucho más hermosas que las mías, y se ha buscado la vida, muy acertadamente, para colocarnos a una distancia prudencial, por eso de la diferencia de edad, a mi hija pequeña y a mí.

    Gracias por tu excelente trabajo, por unirnos como una gran familia y por hacer de nosotros una realidad visible como grupo. Un beso para tí ARTISTA y Feliz Navidad para TOD@S



RHODEA BLASON (MIRADAS AL PASADO)